Viviendo en el claroscuro

“El viejo mundo se muere. El nuevo tarda en aparecer. Y en ese claroscuro surgen los monstruos”. Con esa frase del filósofo Antonio Gramsci comienza la serie “El Reino” y vaya si aparecieron los monstruos.

Sorpresas te da la vida, dice la canción del querido Blades. Y la verdad que es maravilloso todo lo que viene suscitando esta serie, me animaría a decir que lo que produjo a nivel social supera, por mucho, la trama interna de la obra. Quién podría haber imaginado que la Alianza Cristiana de las Iglesias Evangélicas (ACIERA), representante del sector evangélico más conservador y anti derechos en nuestro país, se animara a sacar un comunicado donde, entre muchas otras cosas, cita a este mismo filósofo. ACIERA citando a Gramsci. ¡Maravilloso! Claro que el Gramsci del que habla viene mediatizado por las interpretaciones que hace de él el joven Agustín Laje, asociado ideológico de Milei, que últimamente se ha vuelto, Laje, en el ventrílocuo no solo de muchos de los pastores pertenecientes a esta asociación, sino también de numerosos grupos evangélicos en toda América Latina.

Ahora las sorpresas no se quedan allí, ¡claro que no! Por otro lado, diríamos desde el sector “progresista” y de la mano de la academia, aparecen una serie de intelectuales levantando la bandera al grito de “No estigmaticen a los evangélicos”. Es muy fuerte pensar que esta gente, con muchos años de estudio encima, salgan a decir en esta coyuntura lo mismo que en el fondo dice ACIERA, claro que, esta última, lo hace sin saber hacerlo y sin poder esconder lo que son. Nuestro queridos intelectuales lo hacen con palabras muy académicas y herramientas en las que creen absolutamente, esterilizadas, tan asépticas que les impide ver que es el mismo discurso de la candidata evangélica Cynthia Hotton, quien ya fuera en otro momento diputada y a quien hemos visto sus “valores”. Bueno, es ahora, en este mismo momento, donde estos intelectuales salen a decir sus cosas mientras que Hotton, en plena campaña, va por todas partes victimizándose por el daño “intencional” que se les hace a los evangélicos, como si se diera la mano con nuestros queridos progres intelectuales.

Es muy interesante advertir como muchas veces los supuestos opuestos se tocan y pueden conjugarse en una misma demanda. Dejar de lado una mirada política de lo que esta serie esta produciendo es, al menos, ser corto de vista. Si bien la serie puede estar alejada de formas y liturgias evangélicas, nadie puede negar que lo que produjo fue una reacción desproporcionada de odio, manifestada en una carta que no llegó a durar en las redes 24 horas por las reacciones que tuvo en su contra, pero carta que a pesar de haber sido retirada, jamás generó pedido de disculpas. No ver estas cosas y transformarse en defensor de una minoría puede ser muy peligroso en el campo político, porque si bien hoy por hoy el sector evangélico está muy lejos de alcanzar lugares de poder real, todo muestra que lo siguen buscando desde hace años. A modo de ejemplo dejaré acá dos situaciones claras y que se pueden constatar fácilmente: Un pastor presidente de los bautistas en Argentina, en una reunión realizada en 2018 en Uruguay dijo: “Nosotros estamos con nosotros. Ellos (hablando de los partidos políticos^[1]) nos usaron a nosotros y nosotros los estamos usando. Les vamos a meter gente en el Parlamento con cualquier partido”^[2]. Y la segunda, Dante Gebel diciéndole en un reportaje a Mario Pergolini que él estaría dispuesto a ser candidato a presidente[3]. Sabemos cómo funcionan estas cosas en nuestro país, y que podría no ser descabellado que algo de todo esto ocurriera.

Desconocer esto es, como poco, peligroso si lo que se busca es generar espacios políticos democráticos, donde las minorías tengan posibilidades reales de obtener derechos, y que se cumplan.

Como cristiano y evangélico no me siento representado por el pastor de la serie. Conozco a las pastoras y los pastores que se embarran todos los día en busca de hacer presente ese Reino de Dios para todos, todas y todes. Pero sí creo que mucho de lo que la serie muestra pasa y que necesitamos, alguna vez, una buena mirada hacia adentro para buscar ser mejores mensajeros de aquel que también fue estigmatizado como impuro, como hereje, como merecedor de la muerte de cruz, aunque injustamente.

Termino con este texto de un profeta del siglo XX:

SURSUM CORDA l Arriba los corazones

Federico Pagura

Porque Él venció en la muerte la conjura

De las malignas fuerzas de la historia,

Seguimos no a un héroe ni a un mártir,

Seguimos al Señor de la victoria.

Porque Él al pobre levantó del lodo

Y rechazó el halago del dinero,

Sabemos dónde están nuestras lealtades

Y a quién habremos de servir primero

Porque Él habló de cruz y la cargaba,

De senda estrecha y la siguió sin pausa,

Seguir sus huellas es nuestro camino,

Con Él sembrarnos: esa es nuestra causa.

Porque Él habló del Reino sin cansancio

Y nos llamó a buscarlo una y mil veces,

Debemos hoy entre mil reinos falsos

Buscar el único que permanece.

Porque Él es el Señor del Universo

Principio y fin del mundo y de la vida,

Nada ni nadie usurpará su trono

Ni detendrá su triunfo y su venida.

Por eso, pueblos de esta tierra hermosa,

Que han conocido siglos de opresiones,

Afirmen sus espaldas agobiadas,

Y eleven al Señor sus corazones

Y todos los cristianos, sin distingos,

Que hemos usado en vano el nombre santo,

Enderecemos presto los caminos,

Antes que nuestras risas se hagan llanto.

Porque Él vendrá por sendas conocidas

O por ocultos rumbos ignorados,

Y hará justicia a pobres y oprimidos

Y destruirá los antros del pecado

Y entonces sí, la iglesia verdadera,

La que dio santos, mártires, testigos,

Y no inclinó su frente ante tiranos,

Ni por monedas entregó a sus hijos.

Ha de resplandecer con esa gloria,

Que brota no del oro ni la espada,

Pero que nace de esa cruz de siglos

En el oscuro Gólgota enclavada.

Al Padre gloria, gratitud al Hijo

Y al Santo Espíritu la alabanza.

Vayamos hoy al mundo sostenidos

Por el amor de Cristo y su esperanza.

Por Thomas Müntzer