25 abr. 2024
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Encuentran hasta nueve tipos de agroquímicos en peces y en sedimento de la cuenca baja del Salado



Científicos de la UNL analizaron ejemplares de sábalo en diferentes sitios de ese río y hallaron restos de químicos de uso agrícola en músculos y vísceras.



Investigadores de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) encontraron residuos de hasta nueve agroquímicos distintos en los músculos y en las vísceras (branquias e hígado) de sábalos capturados en diferentes sitios del curso bajo del río Salado y en un sitio del río Santa Fe, así como en muestras de sedimentos de esos mismos lugares. Las observaciones se hicieron entre diciembre de 2021 y febrero de 2022 y en el tejido del músculo de los peces (se analizaron 16 ejemplares en total) se encontraron “concentraciones muy altas” del insecticida cipermetrina; de herbicidas polares como el glifosato y su producto de degradación AMPA y glufosinato de amonio; y del fungicida piraclostrobina. En las muestras de vísceras se detectaron “valores elevados” de los plaguicidas cipermetrina, clorpirifos y lambdacihalotrina.


Los datos se desprenden del artículo científico “Cócteles de residuos de plaguicidas en Prochilodus lineatus, peces del río Salado (América del Sur): primer registro de altas concentraciones de herbicidas polares” publicado este año en la revista Science Direct y con autoría de los investigadores de la UNL y del Conicet Rafael Lajmanovich, María Repetti, Ana Cuzziol, Melina Michlig, Luisina Demonte, Andrés Attademo y Paola Peltzera.


Un río degradado

La investigación toma como lugar de referencia el curso bajo de la cuenca del río Salado (afluente del río Paraná), que –según detallan– “atraviesa regiones con diferentes usos del suelo y recibe altos efluentes de desechos agrícolas, industriales y domésticos”, con la agricultura industrial como principal actividad antrópica, o sea realizada por el ser humano.



Un estudio detectó residuos de hasta nueve agroquímicos distintos en los músculos y en las vísceras de sábalos capturados en diferentes sitios del curso bajo del río Salado.



Un estudio detectó residuos de hasta nueve agroquímicos distintos en los músculos y en las vísceras de sábalos capturados en diferentes sitios del curso bajo del río Salado.


A pesar de ser una región muy agriculturizada desde hace mucho tiempo, los datos sobre la presencia de plaguicidas en sedimentos y aguas de ese río son escasos. En ese escenario, Lajmanovich y otros autores ya habían advertido sobre eso en 2021 cuando otro estudio reportó glifosato en sedimentos a la altura de Esperanza y Santo Tomé, mientras que otra investigación detectó 30 pesticidas en todas las muestras de agua y sedimentos del Salado Inferior, principalmente glifosato y AMPA. Para los científicos, “la calidad ambiental del curso bajo del río Salado disminuyó en la última década, produciendo episodios de muerte masiva de peces”.



Contaminación por agroquímicos


La investigación afirma que “en todos los sitios estudiados se detectaron pesticidas en muestras de sedimentos. Las concentraciones detectadas de glifosato y AMPA indican una tendencia de gradiente de contaminación norte-sur, que es la dirección del curso de este río”. El trabajo detalla que, en total, se analizaron 16 muestras de peces y que “todos los ejemplares tenían múltiples residuos de plaguicidas (4 herbicidas y un producto de degradación, 3 insecticidas y 1 fungicida) en sus músculos y vísceras”. “Los peces estudiados presentaron diferentes pesticidas en sus cuerpos que alcanzaron un máximo de ocho y un mínimo de tres pesticidas. De acuerdo con los valores medios y la mediana de concentración y LD, la lambda-cihalotrina y el glifosato (y AMPA) fueron dominantes en ambos tipos de tejidos. En músculo, el glufosinato de amonio y la piraclostrobina también fueron dominantes, mientras que el resto de residuos detectados fueron ocasionales. En vísceras, los insecticidas cipermetrina y clorpirifos también fueron dominantes, la prometrina rara y el resto ocasional” detalla el artículo científico.


Riesgos socioambientales

Estos resultados –según explican los expertos en su trabajo– indican que los peces “bioacumulan múltiples residuos de plaguicidas en sus tejidos y en todo el cuerpo, lo que disminuye su salud y su supervivencia cuando están expuestos de forma crónica a la contaminación del agua del río”.


Rafael Lajmanovich, investigador de la UNL y del Conicet, es uno de los autores del trabajo.

Rafael Lajmanovich, investigador de la UNL y del Conicet, es uno de los autores del trabajo. Maiquel Torcatt / Aire Digital


A su vez, destacan que el sábalo es una especie consumida tanto por otros vertebrados acuáticos como por humanos, lo que hace necesario “estudiar adecuadamente la biomagnificación y la bioacumulación potenciales mediante el control simultáneo de los residuos de plaguicidas en el agua, los sedimentos, los peces y otros organismos acuáticos de la cadena alimentaria”. En ese punto, advierten que “el consumo crónico de dosis bajas de glifosato a través de los residuos en los alimentos y el agua puede conducir a la metabolización del glifosato con consecuencias nocivas para la salud humana”.


Más normativas

Finalmente, los autores del trabajo subrayaron que la contaminación por pesticidas del río Salado “representa una amenaza dañina para la viabilidad de la población de peces y otros organismos acuáticos y representa un gran riesgo para los consumidores humanos ya que el consumo de pescado se considera una de las principales fuentes de exposición a pesticidas”. En ese sentido, explicaron que falta normativas que establezcan de forma clara tolerancias para el pescado, como los llamados “Límites Máximos de Residuos” que se utilizan en la evaluación del riesgo dietético por ejemplo para frutas y verduras producidas con sistemas que usan agroquímicos.




POR JORGELINA HIBA

12 feb. 2023, by: FM 98.3

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