En el sur, los obispos se ponen al frente de la lucha contra el RIGI y el extractivismo
El sacerdote Alejandro Benna, del Alto Valle de Río Negro, apuntó contra "los proyectos mineros que hipotecan el agua y la tierra". El de Rawson, Roberto Álvarez, reclamó que las inversiones no dejen "deuda o pasivo ambiental". Espert los acusó: "Dedíquense a las cosas de Dios. No jodan"
En la peregrinación al santuario del beato Ceferino Namuncurá –aquel “indiecito” milagroso devenido a Ministro de las Causas Imposibles– en la localidad de Chimpay o, dicho más claro, durante el acto de fe más movilizante de la Patagonia argentina, el obispo de Alto Valle del Río Negro, Alejandro Benna, dijo: “Se puede morir alguien al lado tuyo y no les importa. No les importa la inflación, no les importa el trabajo de la gente, no les importa hipotecar el futuro del país, no les importa el cuidado de la tierra, los proyectos mineros que hipotecan el agua y la tierra. Se lo pedimos de corazón a Dios, a través de Ceferino: ¡Escuchen a la gente! Que haya un diálogo transparente. Y no hablen de audiencias públicas, que son obras de teatro con actores pagos».
Contando con la atenta, y quizás, perpleja escucha de los obispos de Viedma, Esteban Laxague, y de Bariloche, Juan Carlos Ares, el padre Benna dejó de lado las parábolas bíblicas y confrontó de manera directa con las autoridades provinciales que adhirieron al comentadísimo Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) impulsado por el gobierno nacional a través de la también discutidísima Ley Bases que preocupa a las comunidades locales y organizaciones por el costo socioambiental que podrían provocar las empresas beneficiadas.
Preguntas sobre el patrimonio
“Lo que hizo Benna fue decir, de una manera muy coloquial y en un contexto de mucha gente, lo que yo no puedo porque no soy de Río Negro”, le dice a Tiempo el obispo de Rawson Roberto Álvarez, apenas ‘padre Chobi’ para los conocidos y los no tanto. “La gente –continua– quiere laburo, y lo quiere genuino; cualquier inversión es buena siempre que no deje una deuda o pasivo ambiental para las generaciones que vienen”.
Desde hace un mes el padre Chob viene expresando de manera pública su preocupación por las obras del proyecto Oleoducto y Terminal Vaca Muerta Sur en el Golfo San Matías, una zona de áreas naturales protegidas, entre ellas Península Valdés con su reputación de Patrimonio de la Humanidad declarado por la UNESCO.
Ignacio Torres.
Con una carta pública dirigida al gobernador de Chubut, Ignacio Torres y al Procurador General, Jorge Luis Miquelarena, entre otros funcionarios provinciales, el obispo se preguntó: “¿Están ustedes seguros que no incidirá en el asentamiento del Pingüino de Magallanes que es tan vulnerable a los derramamientos de petróleo? ¿Y en la repoblación de la ballena Franca Austral, antes diezmada por la caza y que ha elegido el golfo para reproducirse? ¿Qué sucederá con las principales actividades económicas de las comunidades locales, como son las pesquerías artesanales, el turismo orientado a la pesca deportiva, el buceo y el avistaje de fauna marina, si el tráfico de barcos cambia los hábitos de las especies o los derrames se suceden?”
La Iglesia y la conciencia ambiental
“Simplemente me limité a preguntar por algunas inquietudes que tiene un montón de gente. Yo me reuní con grupos ambientales, con las cámaras hoteleras, empresas de avistajes, con distintos actores que me expresaron su preocupación por el impacto de estas obras. Por eso me animé a escribirle al gobernador y al Poder Judicial”, explica Chobi, bajándole el precio a una polémica que tuvo su pico en la reacción intempestiva de los aliados de La Libertad Avanza José Luis Espert y Miguel Ángel Pichetto.
“Los obispos de la Patagonia comen hostias alucinógenas ¿Que es esa ridiculez de que están en contra del oleoducto Rio Negro-Golfo de San Matías? Qué manera obscena de militar pobrismo y miseria. Dedíquese a las cosas de Dios. No jodan”, escribió el belicoso Espert en su cuenta de X. Por su parte, el «dialoguista» Pichetto afirmó que “los obispos de la Patagonia están en contra del progreso y el desarrollo. Se oponen al oleoducto, al gasoducto, y a todo lo que significa trabajo. Parece que quieren más pobreza y menos oportunidades para la gente”.
“Responder desde la acusación que la iglesia no quiere el progreso o que milita el pobrismo es puro chicaneo político. La iglesia siempre ha subrayado el trabajo, hasta el Papa ha declarado que el subsidio solo puede ser algo temporal. Ese no es el diálogo habitual que tenemos en la provincia; tiene que ver más con un modo de expresarse en redes sociales. Sé que puede generar miedo porque mucha gente me ha dicho ´fíjese padre, cuídese”, pero a mí en lo personal no me preocupa. No me ofende”, aclara Chobi.
Y agrega para terminar: “En el Valle tenemos mucha conciencia ambiental, tenemos experiencia en resistir proyectos mineros y hasta basureros nucleares que se quisieron instalar, tenemos una historia muy fuerte de movilización que quizás no tienen las ciudades como Comodoro Rivadavia o Puerto Madryn. Nuestra gente vive alrededor del río Chubut, es nuestra única fuente de agua dulce, por eso nosotros decimos que el agua vale más que el oro”.
Proyecto Calcatreu en Ingeniero Jacobacci: “Hay un montaje represivo para amedrentarnos”
El viernes 30 se realizó en la localidad rionegrina de Ingeniero Jacobacci una audiencia pública convocada por el gobierno provincial para avanzar con el proyecto minero Calcatreu a cargo de la compañía extranjera Patagonia Gold.
“Estamos con todo el aparato del Estado en la localidad desde hace meses, en función de los intereses del desarrollo de este proyecto Calcatreu que hace muchos años se lo resiste acá en Jacobacci con la colaboración de distintas organizaciones y asambleas de la provincia y de otros lugares “, explicó Marcos Niclis, integrante de la asamblea socioambiental Wawel Niyeo de Jacobacci y parte de las Asambleas del Curru Leufu en diálogo con La Korneta Radio.
“Hay un montaje para amedrentar, evidentemente, porque no se justifica la desproporción de efectivos (de infantería y de la policía montada). Este tipo de proyectos no tienen licencia social y tienen argumentos muy sólidos en contra: para imponerlos sobre el derecho indígena y el derecho ambiental, si no lo imponés con la fuerza, la verdad que es muy difícil que puedan avanzar, y evidentemente lo están demostrando”.
Por: Gastón Rodríguez
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