Gabor Maté: “El sionismo será visto por la historia judía como uno de sus mayores desastres”
El médico y escritor Gabor Maté, que nació en la Hungría dominada por los nazis, ha reflexionado sobre los traumas en la infancia. En esta charla conversa con el autor y activista Frank Barat.
El 14 de octubre Frank Barat mantenía esta conversación con Gabor Maté sobre el impacto psicológico de la barbarie, las raíces históricas de la violencia y la opresión, y las respuestas emocionales ante el horror. Así como la importancia de reconocer esa emocionalidad. Hablan de la normalización de la violencia y sus implicaciones para el futuro de Gaza y de la sociedad global.
Un año después del inicio del genocidio en curso, el cúmulo de horror, de preguntas, de sentimientos encontrados nos deja muchas veces sin palabras. Seguir hablando de ello tiene varios sentidos. Uno de ellos es el acompañarnos en ese proceso traumático, otro es acompañar al propio pueblo Palestino, que arrastra un proceso de trauma de dimensiones aún inimaginables. Lo es también el no cerrar la posibilidad a un cambio futuro de un imperio que se tambalea. No negar lo que se siente, expresar la rabia, y no dejar de hablar de Palestina. Para no sucumbir a la crueldad, para ser más que ellos.
Esta entrevista forma parte de una serie de conversaciones que Frank Barat lleva realizando desde octubre de 2023 y que pueden encontrarse en su canal de youtube subtituladas al castellano por el colectivo Viva Palestina Libre - Subtítulos contra la ocupación que se encarga, además, de su edición en formato texto para este medio.
Frank Barat: Es un verdadero placer y un honor para mí tenerte hoy aquí. Por desgracia, es por razones no deseadas. Pienso que para muchas de nosotras, el último año ha sido, tan traumático, a menudo paralizante, que pensé que hablar contigo, que eres es un experto en estas cuestiones sobre el trauma y la adicción, era muy importante. No voy a pedirte que encuentres soluciones para todas nosotras. Pero en cierto modo, estas conversaciones han sido para mí una forma de intentar lidiar con lo que está pasando y lo que ha estado sucediendo en Gaza, en Palestina, y ahora en el Líbano, desde hace un año. Hablar con amigas y otras personas.
Millones de personas se despertaron esta mañana con imágenes en sus teléfonos, en sus televisores, —probablemente no en sus televisores, en realidad, sino en sus teléfonos, en cualquier caso—, de personas quemadas vivas en el norte de Gaza. Esto es como si el trauma que hemos estado experimentando durante un año no fuera suficiente. Muchas de nosotras quizá pensamos ingenuamente que el nivel de horror había llegado a un punto que no se superaría —donde ya no encontramos palabras para describirlo—, pero esta mañana llegó a un nivel por encima de lo que creíamos posible. Estas imágenes pueden tener un efecto muy paralizante en las personas. Tú has hablado específicamente sobre la culpa y la forma en que la culpa es, en cierto modo, necesaria para sentir nuestra interconexión con las demás. Las personas que, como yo, viven en Europa, mis amigas en los EE UU, que están viviendo en países cuyos gobiernos han sido cómplices activos de este genocidio, a menudo pueden sentirse realmente paralizadas. ¿Cómo podemos convertir esta culpa en algo, de alguna manera, positivo que beneficie a la gente que sufre en Gaza, Palestina y Líbano?
Gabor Maté: Bueno, en primer lugar, las imágenes de esta mañana, es como si estuviéramos viendo Auschwitz en TikTok. Si hubieran existido YouTube e Instagram y TikTok en Auschwitz, esto es lo que hubiéramos visto, gente quemándose viva. Es más que horrendo. Va más allá de la comprensión. En cuanto a tu afirmación de que pensabas que acabaría en algún momento, en realidad, es al revés. Cuando se le da poder a gente así, se le anima, se le permite y se le apoya a perpetrar estos horrores, se vuelven más locas, se vuelven más crueles, se vuelven más implacables, más despiadadas. Eso es lo que le pasó a los nazis. Los nazis no empezaron con cámaras de gas, pero entonces empezaron a matar a sus enfermas mentales en los vehículos móviles de gaseado. Luego empezaron a disparar a la población judía en Europa del Este, y finalmente terminaron con las cámaras de gas en Auschwitz. Es una progresión de locura y crueldad que es casi inevitable por parte de sus perpetradoras, y sobre todo cuando es alentada por todas las potencias imperialistas.
“Los horrores actuales encajan en una larga historia de colonialismo occidental y de asesinatos masivos de indígenas por parte de Occidente”
Ahora bien, preguntas por la culpabilidad en Bruselas. No ha habido suficiente culpa en Bruselas. Las belgas mataron a 12 millones de congoleñas a finales del siglo XIX y principios del XX. De este tema apenas se habla en Bruselas, incluso hoy. No sé hasta qué punto la educación acerca de ese Holocausto se lleva a cabo en las escuelas belgas. Tal vez puedas decirme, ¿cuánto tiempo se dedica a educar a las niñas y niños belgas sobre lo que hizo su país? Dime, ¿cuál es la respuesta?
Frank Barat: Tengo un hijo de 13 años. No sabe ni una palabra de lo que ha estado pasando en el Congo hasta la fecha. No a través de la escuela, en cualquier caso.
Gabor Maté: Sí. Así que si la gente no mira su propia historia, ¿por qué iban a buscar horrores en otra parte? Así que en Occidente, ha habido esta negación. Si caminas hasta Fraggle (Trafalgar) Square o Westminister Abbey en Londres, verás todos esos monumentos a estos asesinos en masa que mataron a miles y decenas de miles de personas en la India, en África y en otros lugares de Asia. Por tanto, los horrores actuales encajan en una larga historia de colonialismo occidental y de asesinatos masivos de indígenas por parte de Occidente.
Por tanto, ¿qué hacer con la culpa? Bueno, hay una culpa... ya sabes... ¡la culpa! La culpa es cuando haces algo deliberadamente que podrías haber evitado hacer. No me siento culpable por lo que hace Israel. No lo estoy haciendo yo. Estoy en contra. Llevo décadas en contra. Cuando solía creer en ello, antes de 1967, no conocía nada mejor. Es lo que yo creía. Como judío superviviente del Holocausto, ¿por qué no iba a creer en el estado judío? No me siento culpable por ello. Llevo décadas oponiéndome, ¿por qué iba a sentirme culpable por ello?
No es una cuestión de culpabilidad. Es una cuestión de rabia. Es una cuestión de indignación. El problema es que la indignación es impotente porque tu gobierno, y mi gobierno aquí en Canadá, y todos los gobiernos occidentales, todos los gobiernos de herencia poscolonial, apoyan estas formas actuales de limpieza étnica y perpetración colonial. Así que la respuesta adecuada no es la culpa. La respuesta adecuada es: ¿cómo podemos canalizar nuestra rabia —una rabia sana—? Me temo que ahí es donde nos encontramos con problemas porque aparte de proporcionar apoyo, cualquier ayuda material que podamos dar al pueblo palestino, aparte de proporcionarles apoyo moral, aparte de decir la verdad, también tenemos que aceptar que somos impotentes, en el sentido de que todas las conversaciones que has tenido con la gente maravillosa que has tenido en tu programa, Ilan Pappé y otras, todas las charlas que he dado, no han salvado ni una sola vida de una sola bebé palestina. Y en el corto plazo, no lo harán.
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